ࡱ > { bjbjcTcT > > s , . . u u 8 5 4 i T . + + + - - - - - - - $ 0 2 J - " ' - u u 2 - u u R - - s+ h " , `Aa ~ + - - 0 . + 2 : Z 2 , 2 , + ? M Y u + + + - - + + + . 2 + + + + + + + + + . ; : JOVENES Y PUEBLOS: UN MISMO FUTURO No tengo ninguna esperanza en el futuro de nuestro pas si la juventud de hoy toma el mando maana, porque esta juventud es insoportable, sin moderacin, sencillamente terrible. Hesodo (720 a.C.) I INTRODUCCIN. Vivimos hoy una poca extraa, jams en nuestro pas, la juventud ha estado tan desprestigiada. Muchos adultos hablan con facilidad de la prdida de valores en la joven generacin, y proyectan sus propios fantasmas sobre los comportamientos de los jvenes. Un dato destacable es que la poblacin entre 15 y 29 aos, que es la consideracin oficial como personas jvenes, disminuye su nmero. En las ltimas dos dcadas ha pasado de ser aproximadamente la cuarte parte de la poblacin espaola a apenas superar el 19%, que adems crecen en una sociedad cada vez ms envejecida. Se ha producido una prdida significativa de poblacin joven y continuar descendiendo previsiblemente segn las proyecciones demogrficas. Podramos afirmar que la juventud espaola representa hoy aproximadamente una quinta parte de quienes vivimos en Espaa. Y si nos pusiramos a escuchar un poco mejor a los jvenes de hoy? En las encuestas, los interrogados permanecen fuertemente aferrados a los valores que con frecuencia son calificados como tradicionales, mostrando que los tres primeros valores citados, por orden de importancia, conciernen a la familia, el trabajo y la amistad. A continuacin, pero lejos de las anteriores, estn las distracciones para el tiempo libre, la religin y la poltica en ltimo lugar. Nuestra juventud () es mal educada, se burla de la autoridad y no tiene ningn respeto por los ancianos. Nuestros hijos de hoy () no se levantan cuando un anciano entra en una habitacin, responden a sus padres y estn de charla en lugar de trabajar. Son sencillamente malos. Scrates (470-399 a.C.) II LOS VALORES Y LOS JVENES. II.1 LA FAMILIA. La familia permanece para los jvenes como el valor de referencia: aquella en la que viven y la que un da suean fundar. Ellos afirman que les importa ms la familia que los amigos. Ciertamente que hoy la familia est cada vez ms debilitada. Reducida a su ms simple expresin (padres e hijos) la dispersin es debida a una movilidad cada vez ms grande, que restringe los lazos con los abuelos y los familiares-, la familia se convierte con frecuencia en un lugar de tensin y conflicto. El nmero de divorcios va en aumento: uno de cada tres matrimonios acaba en divorcio; y ya una de cada tres familias es monoparental o recompuesta. A pesar de todo ello, la familia permanece muy valorada por los jvenes, incluso por aquellos que han sufrido el drama de la separacin. No lo olvidemos, el divorcio nunca es trivial para los hijos. Es siempre un factor generador de sufrimiento y de inseguridad. Por otra parte, las chicas ponen la fidelidad como la primera cualidad que buscan en los chicos y los chicos la ponen en segundo lugar. Y si la familia es hoy valorada como lugar privilegiado de seguridad afectiva, juega igualmente un gran papel en el plano econmico. La solidaridad econmica de los padres con los hijos constituye actualmente un dato importe, en un momento en que la insercin socio-profesional de los jvenes se hace bastante difcil. II.2. EL TRABAJO. Ahora mismo, cuando el paro constituye para tantos jvenes el problema nmero uno, el trabajo sigue siendo un valor fundamental. Desconfiemos de los discursos mantenidos por los adultos que tienen un trabajo, sobre el desplazamiento del valor trabajo en la joven generacin. La demanda ms fuerte proveniente de los jvenes puede resumirse en tres palabras: Dadnos-un-trabajo. Con fuerza rechazan el proteccionismo y reivindican su sitio en el mundo profesional. Normalmente el trabajo de los jvenes es muy precario y abundan los contratos basura; esto hace que los jvenes valoren mucho el trabajo. Puesto que la economa de mercado no es capaz, por causa de imperativos de competitividad a escala mundial, de dar un puesto a cada uno, es urgente desarrollar una economa de utilidad social, si queremos continuar ofreciendo a cada joven un sitio en la sociedad. Se trata aqu de una eleccin poltica capital en el comienzo del siglo XXI. El mayor reproche que se podr hacer a nuestra generacin seguramente no consistir en nuestra incapacidad para vencer el aumento del paro: reconozcamos que la rapidez de los cambios tecnolgicos, la apertura de fronteras permitiendo el desarrollo de la competencia a escala mundial y la desconexin entre lo financiero y lo econmico, nos ha golpeado de frente. El reproche consistir sin duda en nuestro empeo en hacer creer a las generaciones jvenes que se trata de una fatalidad de orden econmico, cuando, en realidad, es la consecuencia de nuestras opciones polticas. Las verdaderas fuentes de empleo estn por explorar en los trabajos de atencin a las personas y en las profesiones de servicio social, como guarderas para nios, ludotecas, centros juveniles, residencias tercera edad En su escala de valores, los jvenes sitan el trabajo mucho antes que los valores relacionados con las diversiones. Nos provocan as a construir con ellos una sociedad donde a cada uno pueda sentirse til. Ya lo cantaba J.J.Goldman en una de sus celebres canciones: Tenemos gran necesidad de que tengan necesidad de nosotros. II.3. AFECTIVIDAD Y SEXO. Frecuentemente el verdadero desorden sexual de los jvenes reside en la imaginacin de los adultos, quienes en sus discursos, en lugar de analizar la realidad, proyectan sus propios fantasmas. As lo subraya el socilogo Michel Fize, que ha realizado numerosos trabajos con jvenes y adolescentes, y que no concibe que la sociologa pueda ser una disciplina de despacho, chicos y chicas permanecen aferrados a los valores afectivos. Tienen una inmensa necesidad de amor y ternura, creen en la vida de pareja, aspiran a fundar un da su propia familia, a tener hijos. Contrariamente a una idea demasiado extendida, no disocian voluntariamente sexo y sentimientos. Salir con una persona del sexo opuesto significa frecuentemente estar con ms que hacer con. Se encuentran para hablar, para intercambiar ideas, evocar proyectos. Estar entre ellos, esa es la finalidad. La extrema precocidad de las relaciones sexuales, que se deja entrever aqu y all, es desmentida por todas las encuestas. Es verdad, no obstante, que en el espacio de veinte aos, la edad media de la primera relacin ha bajado mucho media que hay que manejar con mucha precaucin, pues la fiabilidad de las respuestas en los cuestionarios nunca es segura- y que existe hoy una presin fuerte entre los jvenes para establecer relaciones sexuales ms precoces. Parece evidente para los jvenes, cuando se les interroga, que el amor significa el gran amor (con una A mayscula). En una sociedad percibida y sentida por ellos, cada vez ms dominada por el dinero, los jvenes de hoy se encuentran, ms que nunca, en bsqueda de amistad y de amor. II.4 OTROS VALORES. Junto a estos valores, hay otros que se encuentran en clara alza. Por un lado el espritu de tolerancia. Es su valor preferido. Se trata de una verdadera suerte para nuestra sociedad contempornea, marcada por tantos fenmenos de racismo, de violencia, de intolerancia de toda clase. La expansin de este valor comparte un doble riesgo. En un primer momento, el riesgo del relativismo total: Todos los modos de vivir y de pensar son vlidos; es cuestin simplemente de apreciacin personal; A cada uno su moral; Si uno quiere algo, all l, es su problema. Estas y otras tratas reflexiones circulan con frecuencia entre los jvenes de hoy. Pero si todo vale, de qu sirve comprometerse en la sociedad para luchar con las opresiones? Para qu sirve evangelizar para liberar al hombre con y ante Dios? Y adems hay un segundo riesgo para la fe: el sincretismo, que es la construccin de creencias que sintetizan opiniones diversas, poco slidas, incluso contradictorias. Numerosos jvenes pueden fcilmente ser manipulados por cualquier idelogo seductor. Otro valor es la honestidad, la necesidad de autenticidad. Tambin aqu es prometedora esa reaccin de la joven generacin en una sociedad donde la generalizacin de la corrupcin produce efectos desastrosos, en particular en trminos de desacreditacin de la clase poltica. Toda autoridad, nicamente ligada a una funcin institucional, es hoy contestada por un buen nmero de jvenes. Solamente es reconocida la autoridad ligada a la dimensin personal de aquel que la ejerce. Pero esta primaca de lo afectivo sobre lo institucional no deja de platear problemas, pues corre un riesgo grave: la incapacidad de reconocer el rol positivo de las instituciones. En tercer lugar, la nocin de respeto del medio ambiente. Muchos jvenes toman conciencia de la necesidad absoluta de preocuparse por la naturaleza, pues comienzan a entrever las consecuencias dramticas de los comportamientos que descuidan el medio ambiente. Terminaremos con el valor de la solidaridad. En un mundo de soledad, donde cada uno est sometido permanentemente a las reglas de la eficacia, de la competicin, de la concurrencia, es bueno encontrar humanidad y disponibilidad para con los seres queridos, hacer frente juntos a los peligros, afirmar la verdadera solidaridad. A los jvenes les falta poco para salir voluntariamente a la calle, en cuanto presienten que sus intereses son amenazados. Los jvenes son espontneamente sensibles a aquel o aquella que, cercano a ellos, se encuentra en dificultad. No dudan un solo momento en compartir su vivienda, en cambiar por completo sus costumbres para correr a ayudar. Pero esta solidaridad no es planetaria. Las exclusiones de orden econmico, las pobrezas cruciales se les escapan. No desean or hablar demasiado de ellas. Se trata ms de una solidaridad con lo cercano o inmediato, con aquello que les llega de su mundo, aunque sea en la otra parte del planeta. Tales valores, que estn lejos de ser una ruptura con los de las generaciones precedentes, son vividos con registros un poco diferentes, pues estn marcados por esa relacin del momento, caracterstica de la juventud de hoy. El combate por tales valores se traducir ms en compromisos intensos, pero breves, que en orientaciones de vida ms discretas, pero ms duraderas. Este mundo ha alcanzado un estado crtico. Los hijos no hacen caso a sus padres. El fin del mundo no puede estar lejos. Padre egipcio (2000 a.C.) III JVENES E IGLESIA. Juntamente con el Estado, Dios es el gran perdedor en el hit parade de los valores, establecido por esta generacin que no parece tener ms fe en el cielo que en la bandera: casi el 50% de los jvenes afirma que la bsqueda espiritual no es ya fundamental. La pertenencia catlica declarada en los jvenes no para de disminuir (en los ltimos diez aos ha bajado casi 10%), mientras que el 26% se declara sin religin. La prctica religiosa se desmorona. Los jvenes de hoy no son hostiles a la religin hasta el punto de combatirla. Parecen ms bien indiferentes. Su visin del futuro no est presidida por un Absoluto. Solamente el 40% de los alumnos de los institutos piensa que Dios existe. Aunque la Iglesia cuenta todava entre sus filas con muchos nios, con frecuencia bautizados en su ms tierna infancia, y con 9 o 10 aos en el momento de su profesin de fe, no parece que atine con las palabras adecuadas para interesarles cuando se hacen mayores. Esta generacin de jvenes permanece interesada por la perspectiva de sentido, por el estetismo que lleva consigo y por la tica que la sostiene. Tienen una imagen negativa de la Iglesia como institucin, no como vida concreta de algunos cristianos a los que ven como generosos, pacficos y voluntarios aliados de los pobres. La Iglesia como institucin (obispos, curas, organizacin, ) apenas suscita inters entre los jvenes y la Iglesia tampoco acaba de encontrar el sitio que le corresponde. Muchos jvenes piensan que la Iglesia no es necesaria y que sin ella se puede creer en Dios. Piensan que est anticuada y que es rgida. Entre los jvenes se est dando un nuevo paganismo. Han sustituido las prcticas religiosas del cristianismo por otras celebraciones y ritos en torno al fin de semana, a la fiesta y a la noche. Empezar a salir de noche constituye un verdadero rito de iniciacin a la condicin de joven. Buscan una experiencia gozosa de la vida fuera de las normas de la sociedad o la religin proponen. La noche, el botelln, el grupo, la fiesta, la calle son los protagonistas y el escenario de sus celebraciones. En ellas se huye del control de todas las reglas, se da rienda suelta al deseo, a la bebida, a la desinhibicin y a la vida. El ocio se vive como aspiracin mxima, el disfrutar de la vida a tope. Dios no tiene espacio en sus vidas, tienen otros dioses. A estos jvenes, que siguen hablndonos de Dios por los valores que sostienen sus comportamientos, cmo anunciarles a Dios en un lenguaje que sea vlido para ellos? Esta es la cuestin que permanece esencial. Esta juventud est podrida desde lo ms profundo del corazn. Los jvenes son retorcidos y vagos. No sern nunca como la juventud de otras pocas. Los de hoy no sern capaces de mantener nuestra cultura. Inscripcin en vasija. Ruinas de Babilonia (3000 a.C.) IV CAUSAS Y CONSECUENCIAS. Hay pocas diferencias entre los jvenes rurales y urbanos porque los jvenes de los pueblos tienen casi los mismos medios: informtico, Internet, dinero, y quieren parecerse a los de la ciudad. Los jvenes rurales renen, como si de un mal coctel se tratara, las dificultades propias de ser joven con las dificultades propias de vivir en el entorno rural. Entre las dificultades que encuentran por ser jvenes, estn: La decisin de los estudios qu estudiar y dnde hacerlo. Los altos niveles de paro entre la poblacin juvenil. La escasez de oportunidades para la emancipacin. La falta de viviendas pblicas o accesibles. El poco inters que suponen para la sociedad adulta. La mala imagen que se tiene de la juventud (en general). Y algunas de las dificultades del Mundo Rural: El envejecimiento de los pueblos y la escasez de poblacin. La escasez o falta de transportes e infraestructuras adecuadas. La falta de formacin e informacin juvenil. La falta de alicientes y oportunidades de trabajo. Las desigualdades de gnero Mala concepcin del medio rural. Entre las causas, se destaca claramente: El declive de las reas rurales, en trminos de infraestructuras, actividades y vida social, que presentan una propuesta de vida en las reas rurales poco atractiva. La gente joven necesita servicios y una calidad de vida comparable con la de las zonas urbanas. La carencia de infraestructuras en las zonas rurales influye negativamente para que la juventud desee instalarse en estas zonas. La formacin y la enseanza destinadas a la juventud deben de ofrecer perspectivas de permanencia en el medio rural y prepararla para afrontar los retos que les demandar la sociedad. Resulta imprescindible la adquisicin de cualificaciones y competencias precisas. El a veces sentimiento de estar encorsetado en usos y costumbres, que en su da surgieron como medio de supervivencia en el medio rural y que ahora los jvenes lo encuentran como un sistema que les impide crecer y desarrollar su propia identidad como persona. Reflexin: 1 Que falta o que sobra de lo ledo hasta el momento. 2 Que cosas aadiras o que cosas quitaras o que cosas matizaras. No basta amar a los jvenes, es necesario que se den cuenta que se los ama. Quien es amado obtiene todo, especialmente de los jvenes. San Juan Bosco V JUZGAR EVANGELICO. En medio de la cacofona ensordecedora de las voces estridentes de nuestro mundo de hoy, que proclaman con fuerza aquello de lo que algunos tratan machaconamente de convencerse, es decir, que son felices los que poseen, los que tienen dinero, riquezas, segunda residencia, diplomas, en medio de todas esas voces ha aqu que surge, como la cima que se despeja de la niebla que la rodea, una palabra nueva, siempre sorprendente: bienaventurados los que no tienen Sabemos que estas palabras pueden parecer una locura para muchos en este mundo en el que todo se compra. Pero sabemos tambin que pueden llenar de confusin tantos discursos fciles que se creen a s mismos sabios pues la felicidad de recibir no se compra a ningn precio. Esta es la novedad radical del mensaje evanglico: la felicidad es posible en la escasez mientras que un gran nmero de nuestros contemporneos se lanzan a la bsqueda constante y desesperada de la satisfaccin. El canto de las Bienaventuranzas resuena como una llamda a la felicidad compartida. Dichoso t, si sabes permanecer pobre, pues solamente si te falta algo, sabrs recibir; solamente si te falta alguien, sabrs amar; y solamente si te falta Dios, sabrs encontrar el camino que te conduce hasta l. Dichoso t, si eres manso. Dichoso t, si lloras. Dichoso t, si sabes guardar intacta tu sed de justicia. Dichoso t, si sabes ser misericordioso. Dichoso t, si guardas tu corazn puro. Dichoso t, si construyes la paz. Dichoso t, si te insultan, si te persiguen, si dicen con falsedad toda clase de males contra ti. (Mt 5,1-12) Un segundo reto, se encuentra en el interior de la comunidad eclesial: dnde pueden experimentar los jvenes en directo la verdad, alegra, fecundidad y belleza del Evangelio? Cmo podrn descubrir el tesoro que vale ms que la vida, si se encuentra, tantas veces formulado en unas categoras tericas e instituciones prcticas tan alejadas de la sensibilidad juvenil? (Mt 13,44) Estamos hablando de un reto que parece que nos supera (siempre son as los desafos). Pero, en realidad, hay maneras de encajarlo siempre que hagamos acopio de benignidad, aprecio y acogida. No queremos que los jvenes sean como nosotros. Lo que deseamos es caminar con ellos para un mutuo enriquecimiento. Por eso, mientras el colectivo de la juventud se halle lejos de nuestra comunidad no habremos logrado formar la comunidad humana que nos nutre y nos apoya. Adems, nos parece que nuestra espiritualidad, cuando se concreta en planes de vida, es una buena oferta a los jvenes de hoy. Pensamos que la minoridad, aunque aparentemente no demandada por la sociedad, es un valor que no pocos jvenes aprecian en el fondo de su ser. Desvelar este anhelo es parte del reto que nos ocupa. Que el nacimiento del Seor no ayude a ello. Nada resulta demasiado difcil para la juventud. Scrates VI EXPERIENCIA. Experiencia evangelizadora de grupo: VI.1. Breve descripcin de las personas implicadas o del grupo: edad, experiencia, ambiente, componentes en su caso. La experiencia que a continuacin intento explicar se lleva a cabo en Rosalejo. Uno de los llamados pueblos nuevos de la provincia de Cceres, que fue constituido en la dcada de los 60 como fruto de los proyectos de colonizacin del franquismo. Est situado en la comarca del Campo Arauelo, zona tpica por el cultivo del tabaco y el pimiento. El nmero de habitantes actualmente ronda los 2000, siendo los primeros/as pobladores emigrantes de Talavera la Vieja, con posterioridad -debido al trabajo que produca el tabaco- se fue creando una importante poblacin magreb, que va disminuyendo progresivamente debido a la falta de jornales producido por la reconversin del sector tabaquero. VI.2. Situacin a la que se responde: descripcin de la situacin, personas afectadas, cmo afecta el hecho a las personas o al grupo En el pueblo tenemos varias asociaciones que se han ido constituyendo progresivamente con distintos objetivos y desde diferentes iniciativas (asociacin de vecinos, AMPAS, asociacin cultural, de cazadores y pescadores, cofradas y cooperativas agrarias...), pero en general tienen poca, o casi ninguna, vida. Las juntas directivas de las mismas apenas se renen entre s, lo hacen ocasionalmente y para organizar alguna actividad concreta dedicada casi en exclusiva al colectivo que conforma la asociacin. Sus reuniones nunca son para coordinarse con algn otro colectivo o con el resto de asociaciones. VI.3. Proceso seguido para la lectura creyente del hecho para dar respuesta creyente al problema, planificacin. Movido desde el cario por mi pueblo e inters por el asociacionismo, la participacin y especialmente por las personas que forman la parte vital esto os mando: amaos unos a otros (Jn 15, 17)-., hago lectura creyente de la situacin y en ella siento la invitacin del Padre a tomar parte en el asunto pedid y se os dar; buscad y encontraris; llamad y se os abrir (Mt. 7,7). Desde mi cercana y amistad con muchas de estas personas me puse manos a la obra. Entr en contacto con algunas personas de las que forman parte de las juntas directivas (guiado por la percepcin de una necesidad de comunin, de vivencia y prctica de actividad comn ms eficiente, eficaz y con posibilidades de llegar a ms gente), para proponerles la posibilidad de juntarnos y reflexionar sobre la situacin que se me planteaba y que pretenda hacer extensiva (o compartirla) con ellos/as. As, a la vez de compartir experiencias de asociacionismo, actividades y objetivos concretos, podramos presentar algn tipo de iniciativa comn desde la gente y sus organizaciones, con la gente y para el pueblo (que somos su gente). La propuesta fue bien acogida, y partiendo ya de varias personas convocamos al resto de colectivos y asociaciones (incluyendo entre stas alguna representacin del ayuntamiento) a una reunin; en la cual se manifest el objetivo de la convocatoria, el porqu y para qu de juntarnos. sta despert el inters en las personas que respondieron a la convocatoria (que fueron la mayora), y pronto se empezaron a hacer propuestas de actividades para el pueblo. Se empieza a hablar de la posibilidad de hacer una semana cultural (ya realizada en otras ocasiones en el pueblo), de alguna actividad concreta para los/as jvenes, para los/as nios/as.. y se pretenda pasar a realizar un calendario con fechas, horarios y llenar los distintos das con actividades concretas.. Ante dicha situacin, me doy cuenta de que enseguida nos vienen a la cabeza muchas acciones a realizar (somos muy activistas), pero nos cuesta pararnos a pensar en las necesidades de la persona, para despus poder responder de manera acertada a stas. Nos cuesta descubrir la necesidad del anlisis. - No temas, porque yo estoy contigo; no te asustes, pues yo soy tu Dios (Isaas 41, 10)- En este momento tena que intentar hacerles descubrir la importancia de hacer un anlisis sobre la realidad de nuestro pueblo, y desde ah poder dar una respuesta acertada y con peso... VI.4. Accin llevada a cabo, personas implicadas, desarrollo de la accin La tarea no fue fcil, pero animado a llevar a cabo mi propuesta Yo os he dado ejemplo, para que hagis vosotros lo mismo que he hecho yo (Jn 13,15)-, aport, desde mi experiencia, la importancia y la necesidad de pararnos a analizar la realidad que vivimos, de modo que nos ayude a descubrir las necesidades que tenemos y desde aqu ofrecer acciones que respondan a estas necesidades concretas. La pregunta de mucha gente all presente fue: Y eso cmo se hace? Respondiendo a la cuestin, y dispuestos/as a movernos por nuestro pueblo, nos ponemos a trabajar en dicho anlisis y concretamos realizar unas hojillas de encuesta en las que preguntbamos sobre las preocupaciones de la gente, la situacin laboral, social, cultural, las preocupaciones y problemas de los/as jvenes, los ancianos, la vivienda, sobre poltica, etc.. Un poco de todo. Un equipo fue quien coordin el trabajo de realizacin, seguimiento, reparto de responsabilidades y tareas. Se llev a los barrios del pueblo y se analizaron seguidamente los resultados de las mismas, concluyendo que los problemas o aspectos que mas preocupaban a la gente eran los de la reconversin del tabaco -y por tanto la situacin laboral que se estaba viviendo-, la situacin en la que se encuentran muchos ancianos en nuestro pueblo (soledad, falta de medios de econmicos, sociales...), y los riesgos en la juventud por la aparicin y el incremento en el consumo de drogas. Todo el trabajo nos sirvi de coordinacin (comunin) entre asociaciones y colectivos de distintas edades, confesiones, ideales polticos..., de reflexin personal y para nuestras asociaciones, y sobre todo de puesta en marcha de proyectos concretos que puedan ofrecer respuestas a las necesidades que descubrimos. Entrando en contacto con colectivos que trabajan sobre algunos de los temas tratados, se llev a cabo una Semana Cultural no mucho despus del trabajo; se realizaron distintas actividades (talleres, ponencias, etc.), dedicadas y adaptadas a cada uno de los colectivos (nios, jvenes, adultos..), en las que se trabajaron las distintas realidades. VI.5. Revisin y celebracin Como anteriormente os deca, la dificultad siempre ha estado presente en esta pequea accin que os escribo. Pues no iba a ser menos al final, se redujo el nmero de personas convocadas para realizar una evaluacin de lo que haba sido todo el trabajo, la puesta en marcha y desarrollo del mismo. Otra parte cay en buena tierra, y dio fruto lozano y crecido, una treinta, otra sesenta, y otra ciento (Mc 4, 8). Se valor muy especialmente el anlisis llevado a cabo (que hasta el momento no se haba tenido en cuenta en estas situaciones), la coordinacin entre asociaciones, la disponibilidad y colaboracin de la gente por su pueblo. - Aqu hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces. Pero, qu es esto para tantos? ( Jn 6, 9). Nosotros no somos tantos, pero s que, como el muchacho de la escena evanglica, contamos con poco, por tanto hemos de sacarle el mayor provecho, siempre en favor de los ms empobrecidos. Ser joven, no es tener pocos anos. Es conservar viva la ilusin en el alma y despierta la capacidad en el espritu para soar; es vivir con intensidad y lleno de fe el corazn. Luis A. Ferre VII RETOS Y PROPUESTAS. Teniendo en cuenta que el sector primario (agricultura, ganadera) se encuentra en retroceso, deberamos tener en cuenta otras vas de empleo para los jvenes rurales. No se trata de no seguir apoyando este sector, sino de introducir nuevas iniciativas que hagan posible el asentamiento de la poblacin en el Mundo Rural. No podemos olvidar que una de las caractersticas de los jvenes empleados localmente es que aparecen a menudo como mano de obra complementaria y no cualificada. Algunas vas posibles de empleo son: Creacin de cooperativas o empresas dedicadas a la animacin sociocultural. Este tipo de servicios abarcara. Desde la creacin de guarderas y ocio alternativo tanto para los nios como para los jvenes. Hasta la atencin a personas mayores, tanto en sus necesidades bsicas (comida, higiene, ) como en su ocio. Las nuevas vas de comunicacin (internet,) puede hacer posible otro tipo de empleos desde el domicilio que no tienen por qu tener su asentamiento en la ciudad. Por supuesto no podemos desechar el turismo rural; aunque no visto como la panacea que vaya a solucionar todos los problemas del Mundo Rural. Habr que darle un enfoque alternativo (como ya se est haciendo en muchos casos): un turismo rural que ponga a las personas en contacto con los paisajes y las costumbres rurales pero ofreciendo las comodidades urbanas. Por otra parte, y a pesar de que el empleo es una fuente bsica para el asentamiento de la poblacin, existen otros factores que influyen en el xodo rural de la poblacin joven, que hacen efecto llamada (el atractivo del nen urbano). Hay que iniciar una reflexin para detectarlos. Adems lanzamos las siguientes propuestas: Es necesario considerar la emancipacin temprana como un valor y las instituciones han de facilitar la autosuficiencia. Son necesarias polticas juveniles que favorezcan esto, mediante becas, ayudas a la insercin laboral y mantener una amplia oferta de vivienda en alquiler. En general los jvenes han crecido sin estrecheces, ms conscientes de sus derechos que de sus obligaciones: esto debe de cambiar. Creacin de puestos permanentes asalariados para el servicio de los jvenes, desde diversos mbitos de la sociedad, y tambin desde la pastoral religiosa. Constituir un grupo que ser un observatorio de la juventud. La misin de este grupo ser estar atento a lo que forma la vida de los jvenes, sus preocupaciones, sus actividades, sus distracciones, etc. Promover lugares y tiempo de escucha de las cuestiones de los jvenes, de sus convicciones, de sus reacciones. Suscitar en cada regin o zona animadores de jvenes responsables de la comunicacin y de la informacin, particularmente en cuanto a su formacin. Favorecer que los jvenes realicen espectculos week-end del cine, grupos musicales que animen reuniones, festivales de jvenes, Acompaar a los jvenes ayudndoles a releer los acontecimientos que para ellos pueden ser acontecimientos fundamentales o cimientos. Hay muchos movimientos y servicios que inician a los jvenes a la relectura, y eso nos parece fundamental para permitir a un joven construirse, construir su vida sobre una roca. Reflexin: 1 Que aado, subrayo o quito de lo ledo en el texto. 2 Que propuestas hago propias o cuales nuevas descubro y me comprometen. Da del Mundo Rural 2010. MOVIMIENTO RURAL CRISTIANO MOVIMIENTO DE JVENES RURALES CRISTIANOS PAGE \* MERGEFORMAT 12 # $ % ' A D X _ m I . G H a b P U a p q e f ½ʵzv h)w h)w h)w 5haF h@P h)w 5 h